El mundo de hoy necesita amabilidad en muchos niveles, y la mejor manera de comenzar es enseñarles a nuestros hijos a ser amables. Como padres, todos queremos que nuestros hijos aprendan buenas virtudes, entre ellas la amabilidad y la empatía. Nunca queremos que sean intolerantes o crueles. Pero no se puede negar el hecho de que nosotros, como adultos, también tenemos días o momentos de crueldad. Ser amable puede ser difícil, pero lo bueno es que la amabilidad, como cualquier otra habilidad, se puede aprender con el tiempo.
La amabilidad se puede aprender a través de la repetición. Y para enseñarle amabilidad a un niño, hay que recordar la habilidad de aprendizaje más eficaz que tienen los niños: aprenden nuevos comportamientos copiando a quienes los rodean. Por lo tanto, enseñarles con el ejemplo es la mejor manera de enseñarles la virtud de la amabilidad. Así que, si está pensando en hacer del mundo un lugar más amable, un niño a la vez, aquí tiene algunas cosas divertidas que puede hacer.
Cuando veas a un cartero o a una persona con demasiadas bolsas de la compra, anima a tu hijo a que les ayude. También puedes animar a tu hijo a que deje que una persona mayor avance en la cola para ir a la caja o al autobús. Este tipo de actos de bondad se pueden fomentar en todas partes. Además, si te levantas de tu asiento en el autobús o en el metro para ayudar a otra persona que lo necesite, tu hijo aprenderá. Una vez más, enséñale dándole el ejemplo.
Invite a cenar a alguien que merezca reconocimiento: un guardia de seguridad de la escuela, un entrenador, un maestro, etc. También puede animar a su hijo a que haga una tarjeta de agradecimiento para el invitado. Lo importante es enseñarle a su hijo por qué es necesario agradecer a estas personas.
Todos los días nos enfrentamos a actos de crueldad. Y lo mejor es que podemos enseñarles a nuestros hijos a ser empáticos en esos momentos precisos. Por ejemplo, si se enfrenta a un incidente de furia al volante con su hijo a su lado, puede hacerle preguntas como: "¿Crees que esa persona estaba enojada por algo que sucedió en casa?". También puede preguntarle a su hijo cómo podría haber reaccionado esa persona, incluso si estaba enojada, siendo amable. Esto animará a su hijo a comportarse con amabilidad incluso en momentos difíciles.
Recompense a su hijo cuando realice actos de bondad inusuales. Esta recompensa no funciona para cosas que son su responsabilidad. Recompense solo las cosas que son inusuales. Por ejemplo, si su hijo no comparte, pero compartió un juguete, puede recompensarlo.
No se puede enseñar lo que uno mismo no conoce. Para enseñarle bondad a su hijo, sea amable con él. Una vez que trate a su hijo con bondad, él/ella también brillará y dará bondad al mundo. Ser amable crea un buen sentimiento en todo el mundo y dentro de nosotros mismos. No solo difunde felicidad, sino que también desvía nuestra atención de nuestros propios problemas y crea una interconexión con nuestro entorno. Y esta es una habilidad de vida que su hijo llevará consigo a lo largo de toda su vida.
Edwin Lim
Jan 15, 2018
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